jueves, 5 de abril de 2012

Grace Coddington: La mujer de fuego



Amante de la moda, romántica y soñadora empedernida. Un recorrido por Grace Coddington, su vida y su imaginación.

El vestido perfecto, la luz indicada con o sin sombra. Una modelo saltando o gritando, los ojos cerrados, un guiño o una mueca. Breves encuentros entre amantes o amores eternos. La fantasía que se convierte en realidad o la realidad con colores de cuentos. Una mujer interesada en retratar la fantasía. Una mujer que a sus setenta años moviliza el mundo de la moda. 
Grace Coddington nació en una isla galesa en 1941. Alejada del mundo desde pequeña moría por poseer las revistas de moda. Ajena a las tiendas de diseño y a los artistas, la revista Vogue era su único medio para estar en contacto con eso desconocido lleno de fantasías.
En 1958 fue elegida como “una de las caras nuevas” y empezó a trabajar como modelo para la revista Vogue británica. Pero la vida, los años y los días, son más que historias de cien líneas con un final feliz. A sus 28 años, Grace sufrió un accidente automovilístico que le implicó dejar la carrera que comenzaba.
Pero algunos nacen con la Gracia y más que su nombre o un rostro perfecto, Grace nació con un don visual. Dos años después de su trágico accidente, se vinculó de nuevo a la revista, ya no como modelo sino como productora. En 1987 viajó a Nueva York y un año después fue contratada para dirigir la parte creativa de Vogue Estados Unidos. Entró el mismo día que Anna Wintour siendo colegas, amigas, rivales, pero lo más importante, opuestas para una creación más intensa.
Grace tiene un estilo inigualable. La magnifica forma de contar las historias. La perfecta armonía entre los colores y el movimiento. La elección del fotógrafo, de la locación, de la modelo.
Fue ella quien inventó las editoriales de moda que cuentan una historia. De amores o desamores, engaños en azules, blancos o amarillos. 
Para Grace la moda es más que un vestido, es la forma en que acomodas tu casa, diseñas tu jardín, la forma en que comes. Y es así como una foto de un vestido se puede transformar, más que en moda o en tendencia, en puro corazón.
Está mujer con su pelo rojizo alborotado parece la parte humana de la moda. Con una capacidad infinita de invención, amante de los gatos y de la fotografía, sigue aún con el paso de los años manteniendo un aspecto singular e independiente. Su intenso amor por la moda, su dedicación y actitud ante la vida, hacen de sus imágenes cuadros poéticos que deambulan entre lo extravagante, lo saturado y un movimiento inexplicable en imágenes congeladas.
El mundo de la moda es inmenso y cada cual juega un papel fundamental. Desde la costurera que cose la lentejuela, el universo del creador, la directora de pelo perfecto y la editora despeinando el fuego. Todo se une en un interminable ciclo de renovación para que día a día adictos a la moda o a las historias nos deslumbremos con imágenes fantásticas.

Las mejores producciones de Grace para Vogue
Famoso documental sobre la famosa Edición de Septiembre en Vogue

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