lunes, 16 de abril de 2012

Cinco instantes de Isabella Blow


Productora, editora, estilista y caza talentos. La inglesa Isabella Blow tenía un ojo excepcional y una forma de llevar y vivir la moda extraordinaria. Excéntrica como muchos la llaman, teatral e innovadora. Su extravagantes sombreros y sus labios carmesí la caracterizaban. Una mujer con una vida tormentosa que tenia la sensación de no tener un lugar en el mundo.
Adrian Gil dice sobre ella que "siempre tuvo la suerte de auto-conocimiento que no le desearía ni a su peor enemigo. La mayoría de nosotros pasamos por alto nuestras vidas. Tenía una honestidad feroz sobre sí misma, y con eso es muy difícil vivir. "

Cinco instantes recreados de la vida de Isabella. Cinco instantes donde trato de pensar y escribir sobre ella más que en transcribir la historia que tantos nos cuentan.

1965: Abre la puerta, se apresura a entrar. El sol entrando por la ventana. La emoción corre por sus venas. Aprieta los labios. Corre la silla, se para en ella. Ve su color, la emoción vuelve a brotar. Se lo pone, se mira al espejo. Se mira, es ella con el sombrero rosa. La ventana, el jardín, su madre crusandolo. Vuelve a mirar, a mirarse. El sombrero rosa sobre su oscuridad. Su madre entrará con sus perlas, sus labios rojos y su cara clara. Isabella se volteará sonriente con su cara picara y Helen encontrará a su hija jugando otra vez con su sombrero.

1982: Se contempla en el espejo. Su mirada negra, penetrante se pierde en el infinito de su conciencia. Vuelve al espejo, sus jeans rotos y sus cadenas colgando no impiden que sus labios lleven el intenso rojo característico. Se mira, recrea a la perfección el look under londinense. Sonríe. Luego caminará por los pasillos de Vogue. Anna sonreirá ya que no puede creer su mutabilidad. Mañana llevara un vestido charlestón rosa al estilo de los años 20. También tendrá los labios rojos y esa onda sexy que siempre la persigue.

1989: El elegido para la noche es un sombrero de plumas de avestruz verdes y rosas. Se mira al espejo. Retoca el rojo de sus labios. Sus tacones altos anuncian su existencia. Después, en la fiesta, Detmar Blow, un hombre que no conoce, le dice “Bonito sombrero”. Ella lo mira de reojo. Él la desea, le parece hermosa, sexy, teatral. Le encanta su voz. Él nunca le regalara un caballo blanco.

1994: Está sentada en las escaleras ya que no consiguió otro puesto. Sus labios rojos y un sombrero circular. Ve el desfile a lo lejos. Ve los sastres, la perfecta caída de las prendas, una nueva silueta. Quiere contactarlo. Ella cocinara para él. Alexander vivirá junto con Philip y Hussein en la casa de Isabella, donde podrán crear libremente.

2006: El día fue insoportable hasta llegar a la playa. Los sedantes blancos untados con su labial carmesí. Mira el mar, su inmensidad, camina hacia él. Recuerda a Virginia y su forma de morir. Sigue caminado, la vida sigue pesando demasiado, sigue sintiendo su rechazo. La playa de Goa es muy grande, recuerda Karla, por “suerte” no tocó el agua. Isabella en el hospital le dirá “Tú no entiendes Karla, ustedes quieren vivir, yo no. Así que dejame ir”.Isabella y Karla pasaran unas vacaciones en Goa, luego volverán a Londres.

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