domingo, 19 de febrero de 2012

Sergio de Loof desde el under ochentero



Abajo, arriba, en el fin del mundo. Argentina se caracteriza por ser cuna de artistas e independientes. Jóvenes movilizados por una causa o simplemente una forma de expresase. Sergio de Loof fue uno de los primeros, uno de los que hicieron que fuera posible.

Diseñador, fotógrafo, decorador, autodidacta. Autor de performances, desfiles y obras de teatro. Rey de la noche y el under bonaerense en los 80s y 90s. Creador de espacios: bares y locales como Bolivia, El Dorado, Ave Porco y El Morocco. Espacios de esparcimiento y diversión, de estallido. Una época donde la liberación era de color flúor y el monstruo negro de la dictadura ya no los perseguía.
“Soy un tipo raro: una especie de revista Vogue con onda boliviana” dice. Siempre adelantado al estilo de cada época, se fascina por lo vulgar, lo popular, lo "feo". Le interesa juntar cosas que no van. No habla ingles ni usa mucho la web, pero sabe que tiene una mirada novedosa, un estilo único y autentico.
El collage, el rococó, el reciclado, las mezclas y las contradicciones lo caracterizan. Almodóvar con su desfile de feas y Madonna quien le enseño a quererse, fueron sus influencias.
Colaboró en los primeros años en la revista Wipe; un formato pequeño, divertido y gratuito que informa sobre la movida en la ciudad. La Victoria y Pipí Cucú fueron sus últimos espacios intervenidos huyendo de la moda incomoda de Palermo y la supuesta onda.
Tiene un ojo, una forma de hacer las cosas libremente. Puede que sea un personaje, uno que construyó hace algún tiempo y lo sigue usando. Pero también es un hombre, un humano conflictuado con el arte y las formas de hacer las cosas. Odia la nueva moda y la proliferación del dinero. A los publicistas que se creen artistas y tratan de vender burbujas de colores. Un hombre que tiene miedo de partir sin ser un gran artista, que quiere que los nuevos jóvenes lo vean. Un hombre con VIH que ha visto morir a sus amigos, al under y la movida que crearon. Un hombre que está viendo pasar su vida.
Un hombre que quiere bajar el arte a la vida cotidiana. Considera la moda como propia y experimental, democrática y todo un medio de expresión.
Artista o no artista, posee pasión y la atrevida valentía para romper con los limites, mezclar los contrarios y lograr ser un personaje que posiblemente se ha engañado a sí mismo pero no a traicionado su postura.

sábado, 18 de febrero de 2012

Otras pieles de Salim Kadamani

Bogo-trans es una de las pasarelas de la Semana Internacional de la Moda de Bogotá. Es una pasarela que, además de estar auspiciada por la alcaldía y contar con el apoyo de la Secretaria de Inclusión Sexual, pelea por los derechos, valores y por el reconocimiento de todas las personas que habitamos la ciudad. Salim Kadamani joven diseñador, excéntrico, amante del glamour, fue el encargado de revelar la otra piel que algunos personajes llegan a poseer.






Un dragón que se revela, toda su fuerza y majestuosidad representada en pintura y en 3D. Peluches, plumas y piezas metálicas diminutas recubrieron los vestidos. Un recamado impecable. Miles de piedrecitas en los cuellos. Prendas pintadas a mano. Piezas en fibra de vidrio que generaban nuevas formas. Cremalleras metálicas dando un toque agresivo a la colección. Tacones que, con ayuda de plataformas, llegaban a los 20 cms.
Modelos imponentes. Hombres divas que pelean por sus derechos pero a la vez por las ganas de ser y sentirse femeninas.
No tuve la oportunidad de ver levantar el plástico negro de la pasarela. No tuve la oportunidad de estar sentada y ver desfilar a sus hombres-mujeres. Estaba adentro en el camerino y allí, en un espacio de 2 x 6 lleno de ayudantes, modelos y personajes, las prendas y el tiempo se vive de otra forma. Horas de arreglo. Las divas contando sus problemas, queriendo ser protagonistas, robarse el show. Salim con los nervios y las ansias entre las manos. Un flash; pienso en el cuerpo, en la transformación, en querer ser. "Yo soy un hombre pero quiero ser una mujer", o "quiero jugar, disfrazarme, ser una diva".
Al final, todo pasa. Un hombre vestido de mujer hablando de su vida. Un jueves por la tarde. Una pasarela de un joven diseñador puro, genuino y experimental.