domingo, 11 de diciembre de 2011

La gracia de exponer



Aún guardo algunos recuerdos congelados de la exposición de Pierre Balmain en el Museo Nacional hace ya casi diez años. Recuerdo fondos oscuros y vestidos abombados iluminados cálidamente. Recuerdo los detalles, la minuciosidad, los drapeados que formaban magníficos escotes, reiterando en mí, ese amor por la moda y por el saber hacer.
Hoy, ocho años después, miro imágenes por Internet de las exhibiciones que realiza Harold Koda para el Costume Institute en el Metropolitan Museum de Nueva York. Con sus facciones más orientales que americanas este hombre moviliza el mundo de la moda y el arte como ningún otro.
Sigo viendo imágenes por Internet para generar primero impresiones visuales antes que verbales. Pienso en las magníficas Flag Ship Store que están tan de moda en estos tiempos. Pienso en el merchandesigne, en el vitrinismo: maniquís puestos en el lugar correcto para contar una historia, para hablar de la marca, para vender un producto. Pero lo que hace Koda no se compara con ninguna de estas producciones. Él es un curador y por ende le interesa el objeto como tal. Sabe que la prenda que se expone tiene valores agregados, que se expone para representar una época, un estilo, la vida de un diseñador, más no para crear una historia incierta sobre el estilo de vida que deberíamos desear.
Harold Koda ha sido el curador del Costume Institute desde el 2000 y ha escrito 19 libros relacionados con la moda y la curaduría. Realiza shows que juegan con el pasado y el presente. También se interesa por las razones sociales y los códigos implícitos en el vestir. Le gusta viajar para obtener inspiración y para entender los entornos culturales de cada ciudad, ya que dice que aún con la globalización cada lugar tiene un aire que lo caracteriza. Pero lo más importante le interesa educar al público y generar sensaciones desde nostálgicas hasta asombrosas.
Entre sus espectaculares curadurías se encuentra La diosa realizada en el 2003, Dangerous Liasons en el 2004, que hace una retrospectiva del siglo XVIII llena de encajes y miriñaques, Poiret: el rey de la moda en el 2007 y La modelo como musa en el 2009, donde las fotografías de moda eran las que adornaban las paredes acompañadas de montajes espectaculares que las representaban. En el 2010 superviso a Andrew Boltom en Savage Beauty, un montaje excepcional homenajeando a Alexander Mcqueen.
Este hawaiano de nacimiento, de familia obrera, hace un gran trabajo por la moda. Su mentora fue Diana Vreeland y esto ya te hace ser excepcional. Sus clases de historia del arte y las de paisajismo se combinan perfectamente para poner el vestido en el lugar indicado y así, lograrnos transportar a otras épocas y otros mundos.
La moda en los museos ratifica la noción de arte, de pieza única, algo que es fundamental para el proceso creativo de los diseñadores. La moda en los museos acerca a la alta costura al publico pero también cuenta sobre una época. Y qué mejor manera de hacer un viaje por nuestra historia a través de las telas, los cortes, las combinaciones; las creaciones de unos grandes que pueden ver el futuro y el pasado y lo más importante el espíritu de una época.



Harold Koda




La Diosa





Dangerous Liasons




La modelo como musa





Savage Beauty



Pierre Balmain