viernes, 9 de septiembre de 2011


Un punto de vista estadounidense



Martes, ocho de la mañana, septiembre. Rebecca no puede creer que el momento se acerque. Espera ansiosa a sus ayudantes, maquilladores, modelos. La colección: en los racks debidamente ordenada. Sólo falta que los minutos pasen. Se imagina sus vestidos llenos de movimiento y detalles combinados con las luces de la pasarela. Los primeros bocetos, la inspiración, el pasado, lo que pensó que sería.
Anna tiene el tiempo justo en esa semana. En realidad en esta semana, en la anterior, y en las próximas siguientes. Septiembre es el boom, donde todo estalla.
La noche de ayer fue larga, fiesta combinada con lluvia. Aunque no quisiera, entrevistas, fotos y saludar a Mark eran obligatorios. Tiene que hacerse todo, todo en el menor tiempo posible. Toma su café, mira las calles de Nueva York; su cabeza vuela a otros mundos. Por instantes es posible salir, alejarse de la ciudad y su movimiento. Pero sólo son instantes. Vuelve a su mundo, a la ciudad cosmopolita, a los desfiles, a los eventos, a las próximas publicaciones. Duda sobre la portada de octubre -Carolyn se ve estupenda: su cara brillante, sus ojos seductores, profundos y fugaces, pero el plano americano no le convence-. Sale del auto. Su chaqueta Chanel, clásica y elegante, combina a la perfección con su vestido de flores. La sede del Fashion Week ya está llena.
Martes, mañana, 8:46 minutos del 11 de septiembre. Ya el boom no es la moda, no es el glamour, ni el diseño, ni los colores y las texturas. No, este año no, la burbuja se rompe, el evento se cancela. La fecha será recordada, pero esta vez no fueron las pasarelas las que se robaron las mirada
Terror, lágrimas, nubes de polvo, miedo. El mundo cae, se destruye, los ataques pueden continuar. Miedo. Todo se reduce al deseo de seguir vivo.
La ciudad colapsa.
Anna sólo espera poder hablar con Charlie y Katherin, pero su mente no puede separarse de su mundo. Piensa en los diseñadores jóvenes, en los que han invertido todo para estos días. Piensa en la portada de noviembre, una edición totalmente norteamericana, una edición que sea el símbolo de la libertad. Piensa en una sala para poner unos diez o doce diseñadores innovadores que necesiten ayuda, un evento pequeño pero hermoso. La industria se uniría para demostrar que no serían derrotados.
Viernes, noche, 21 de septiembre. Diez días después Rebecca está ansiosa por su desfile.

Un punto de vista musulmán



Viernes, noche, septiembre. La tarde fue violeta. Magdala moría por salir, respirar, dejar su alma libre. Sólo pudo sentir el aire de la noche, la libertad para ella no existe. Mirando el piso, cubierta por su manto negro, detrás de su esposo, siempre detrás de su esposo. La ciudad está paralizada por lo acontecido hace días. Su pueblo es llamado terrorista. El mundo estalló. Guerra, terror y lágrimas.
Magdala en su mundo, con su cueva impuesta sigue caminando.

Viernes, noche, nueve de septiembre. Diez años después y los conceptos no cambian. El miedo y el terror siguen siendo los mismos. Los mundo ajenos, las distancias enormes: mares, kilómetros y pensamientos que separan. Anna aún lleva su clásico peinado “bob” y Magdala su manto negro.



Fotos


Rebecca Taylor
diseñadora




Nueva York
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Afganistán
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